domingo, enero 07, 2007

"D": Días


DÍA. (Del lat. dies). 1. m. Tiempo que la Tierra emplea en dar una vuelta alrededor de su eje; equivale a 24 horas.

Un día. Una vuelta de la Tierra sobre su eje. Presentado así, friamente como lo hace la Real Academia, da la impresión de que todo día es igual. De que no se diferencia en nada del anterior giro que la Tierra dio 24 horas antes. Una y otra vez, uno y otro día, uno tras otro. Más de uno puede pensar, superficialmente, que no existe diferencia entre un giro y el próximo, asi como tampoco habría cambio con respecto al anterior, ni a ninguno de los que vendrán. Sin embargo, podemos darnos cuenta que, ni siquiera en las vidas más miserables, un día es igual al otro. La rutina; así se llama a ese fenómeno que sienten los que ven que un día y los demás, no se diferencian en nada. La vida rutinaria no existe. El hombre es quien es capaz de ser rutinario. No el día, no el tiempo. No la vida. El hombre rutinario repite, una y otra vez, los mismos errores, los mismos aciertos, no apuesta nada que no haya apostado antes. Ese valor, esa sensación de no arriesgar más de lo que acostumbra perder; ese es el valor que el hombre, y solo él, puede poner sobre la sucesión diaria. El ser humano, con toda su vanagloriosa cultura y su "civilizada" sociedad, es quien ha inventado la rutina, como chivo expiatorio de su vacío interior. Incapaz como ha sido siempre, de hacerse responsable y enfrentar su propia culpa, transmite ese valor a algo externo: a la vida, al trabajo, a los demás... y hasta llega a crear oasis de conceptos para echarles la culpa; el más conocido de ellos, es el destino. Esa vieja quimera conceptual, que es el destino, no es más que un deus ex machina. Y al igual que éste, también inventado por los griegos, pero solo entendible en ese contexto. Rutina y destino se encuentran relacionados; el hombre que no soporta la culpa de no hacer nada con su vida, se inventa algo que lo libere de esa culpa, algo a lo que pueda hacer responsable de su infortunio, a título de necesidad. Tanto el hombre que se dice propietario de una vida rutinaria, como aquel que se dice marcado a fuego por el destino, escapan de la responsabilidad que implica la propia vida. Estamos condenados a ser libres, dijo Sartre. No podemos dejar de decidir, en todo momento, y hasta cuando decidimos no decidir. Tanto se habla de personalidad, tanto se llenan la boca muchos hablando de lo singular de su propio yo. Solo es posible hablar de personalidad, solo es posible hablar de "yo", cuando se acepta con gusto la idea de la elección, y la repsonsabilidad de esa facultad. Si no se acepta, se crea un espejismo, un chivo expiatorio metafísico, que puede recibir el nombre de Destino, Providencia, o hasta Dios. Asi como cada vida es diferente a la otra, por el factor humano que interviene en ella, de igual manera todo día es diferente a los otros, por lo que cada uno haga con el. El ciclo cósmico tiene constantes: el sentido de rotación suele ser el mismo, la velocidad también, el tiempo que dura el giro es de 24 horas, casi sin excepción. El sol siempre sale por el mismo punto cardinal, y se oculta por el mismo horizonte. Sin embargo, de un dia a otro, la vida de uno puede cambiar para siempre. Y alli entra a actuar la propia decisión. Un dia, aparentemente igual a cualquiera. pasa a ser distinto a todos los otros porque un don nadie elige ser alguien. Porque uno que está deprimido se levanta de su cama. Porque uno decide con su pareja tener un hijo. Porque alguien decide terminar con su vida, o con la de otro. La rutina es un arma de aquellos que buscan, en algo externo a ellos mismos, la seguridad. La firmeza de carácter es erróneamente buscada en la invariabilidad de los sucesos diarios. La continuidad en las decisiones es exigida a lo circundante. La inseguridad suele devenir, en la mayoría de los casos, por una imposibilidad de manejar satisfactoriamente el caudal de emociones y sentimientos a los que se ve arrojada la conciencia. El hombre es un ser contradictorio, como todo. En el se encuentran presentes los más discordantes sentimientos y elementos mentales. Quien no consigue un equilibrio adecuado, pierde de vista la importancia de esta ambivalencia. ¿Cual es la respuesta que suele buscarse? La falsamente llamada "seguridad", que no es más que una terquedad encubierta. Se relaciona entonces, seguridad con firmeza. Quien decida constantemente sin pensar demasiado, sin dudar ni un segundo, sin evaluar pros y contras antes de decidir, y sobre todo, "siendo coherente" es una persona segura. Sigamos desgarrando conceptos. Ser coherente, significa en el ideario social, negar la ambivalencia. El relativismo es un espíritu al que todos consideran maligno, al que todos ven como un fantasma poco deseable que nos acecha constantemente. El principio de no contradicción es el paradigma más fuertemente marcado en la cultura occidental, y a veces sin que seamos del todo conscientes de ellos, con todas las consecuencias negativas que eso trae. Ser coherente = pensar y sentir en todo momento de igual manera; he ahi el peor error del hombre. La permanencia en el interior del hombre es una falacia. El hombre es un ser fluctuante; quien quiera negar la avaricia en su interior, diciendose que en él solo se encuentra la generosidad, es un mentiroso importante. La fluctuacion interna del ser humano es una realidad que es mejor tratar que negar. El equilibrio es lo que permite lidiar con ello. Ahora bien, esto no se ha entendido aún en la generalidad de los casos. Ser coherente, sigue siendo la mejor forma de negar la ambivalencia, en pos de la falsa idea que se tiene de ser una persona segura. Quien no posee la seguridad, la busca en la quietud; y una buena forma de quietud, es la rutina. Y ni siquiera hacerse cargo de esa quietud que termina atormentando hasta al más inseguro, es el pecado verdadero contra el espíritu del precioso devenir.

jueves, enero 04, 2007

"C": Cuarto


CUARTO, ta. (Del lat. quartus). adj. Que sigue inmediatamente en orden al o a lo tercero. U. t. c. s.

Voy a hacer una breve reseña personal de algo que, tal vez (y lamentablemente, en ese caso), la mayoría desconozca: se trata del Cuarto Camino.
¿Qué es el Cuarto Camino? Básicamente (y asi será la reseña, me siento absolutamente impedido de hacer una acotación importante al respecto, dada mi ignorancia aún en la materia), el Cuarto Camino es una doctrina basada en las enseñanzas de un maestro del Cáucaso, conocido como G.I. Gurdjieff, y sus distintos discípulos. El propósito de esta doctrina, es un estudio de las leyes universales, que son las mismas leyes que rigen la vida del hombre y al hombre mismo, en pos de un desarrollo integral del Hombre según la Verdad.
Suena a religión, aunque no sería correcto tomarla como tal.
¿Porque Cuarto Camino? Porque según Gurdjieff (desde aquí, G., como dice Ouspensky, discípulo suyo), hasta ahora se han ensayado tres caminos para lograr el desarrollo del hombre según la idea de vencer los errores y dominar el cuerpo. Estos tres han sido el camino del faquir, el camino del monje y el camino del yogui. G enseña el cuarto camino, como forma de conocerse y desarrollarse, sin necesidad del dolor y adiestramiento físico del faquir, ni la vida monástica del monje, ni las vicisitudes de un yogui. El cuarto camino es una forma de, siguiendo con la vida "normal" de uno, utilizar lo que el ambiente nos ofrece, como forma de estudiarlo y sobre todo, de estudiarnos a nosotros mismos.
Parte de la idea de que el hombre es una máquina, determinada por las condiciones en las que le tocó nacer y vivir, incapaz de producir nada fuera de lo que simplemente ocurre circunstancialmente. Además, de que en su interior se encuentra una multiplicidad de "yoes", sin que en principio haya ninguno preponderante, lo que explica la tendencia en el hombre a la contradicción permanente, y a la falta de constancia en sus decisiones y acciones. El hombre que no despierta, que no se da cuenta de lo mecánico que es todo lo que rodea su vida, que no es capaz de estudiarse a si mismo, no se convierte en sí. Sigue siendo una máquina. El hombre no es libre, precisamente porque cree que es libre.
La doctrina no es sectaria, ni mucho menos. Es una doctrina esotérica, en el sentido literal de la palabra (no en el sentido oscuro que se ha pretendido darle). Esotérico en tanto las verdades profundas, últimas de la doctrina, son descubiertas por los iniciados en el trabajo conjunto con otros que ya estén avanzados en las mismas.
Sin seguir describiendo propiedades de la doctrina, que cada uno puede profundizar por su cuenta, simplemente me limitaré a dar una somera opinión personal sobre la misma, recordandole al lector, lo escaso de mis conocimientos en ella. La importancia de escuelas como la del Cuarto Camino, es el estudio de sí. G enseña que el Hombre, como criatura del Cosmos, se rige por las mismas leyes que él (idea que ya ha sido desarrollada en la filosofía, a través de, por ejemplo, las filosofías helenísticas). Por lo tanto, del conocimiento de uno, surgirá el conocimiento del mundo exterior (o mejor dicho, de las leyes que gobiernan el mundo exterior). Otra cosa muy importante en el ejercicio del Cuarto Camino, aparte de la posibilidad de seguir con la vida de uno (aspecto que puede significar un freno importante para muchos al adentrarse en este tipo de doctrinas), es la actitud que enseña a tener G en relación a las enseñanzas de las que se habla en esta escuela. "Gurdjieff dijo muy claramente, 'Te pido que no creas en nada que no puedas verificar por ti mismo' La verificación es la base para el trabajo sobre uno mismo en una escuela del Cuarto Camino. Creer en la experiencia de otra persona no aumentará nuestra comprensión ni cambiará nuestro nivel de ser. Este Trabajo se vuelve práctico a través de la observación de sí mismo y por los esfuerzos constantes para recordarse a sí mismo. A medida que vemos como son mecánicas nuestras manifestaciones, y cuánto estamos dormidos a ellas, comenzamos a verificar la frase de Gurdjieff: 'El hombre es una máquina. Por sí mismo el hombre es incapaz de producir un solo pensamiento o una sola acción. Todo lo que dice, hace, piensa o siente, todo ocurre'. " (extraído de http://www.gurdjieff-ouspensky-centers.org/sp/).
La posibilidad de despertar a todo esto, sin seguir ningún dogma de fe que no nos sea demostrado en nostros mismos, y que podamos experimentar en nuestra vida cotidiana, encontrando una explicación para todo aquello que la filosofía, la religión, la psicología y las otras disciplinas no han podido responder satisfactoriamente... ese es el viaje que nos propone G. En última instancia, es otra forma más, en el mundo de hoy, de pagar esa eterna deuda que todos, como individuos y como sociedades, como sujetos y como culturas, aún tenemos con Delfos, y con ese sempiterno mandamiento, simple y conciso, que seguimos sin entender: Conócete a tí mismo.
Algunos aforismos de G:
* Recuérdese de sí mismo, siempre y en todas partes.
* El mejor medio para ser feliz en esta vida es la capacidad de considerar externamente siempre, interiormente nunca.
* Juzgue a los otros como a sí mismo y rara vez se equivocará.
* Tome la comprensión del Oriente y el conocimiento del Occidente, luego busque.
* Sólo tiene sentido el sufrimiento consciente.
* Es mejor ser temporalmente un egoísta que nunca ser justo.
* Al enseñar a otros, usted mismo aprenderá.
* Uno de los mejores medios para despertar el deseo de trabajar sobre sí mismo es el darse cuenta que usted puede morir en cualquier momento. Pero primero debe aprender cómo tenerlo presente.
* La fe consciente es libertad. La fe emocional es esclavitud. La fe mecánica es estupidez. La esperanza, cuando audaz, es fuerza. La esperanza, con duda, es cobardía. La esperanza, con miedo, es debilidad.
* Aquí no hay rusos ni ingleses, judíos ni cristianos; no hay sino personas que persiguen una misma meta: devenir capaces de ser.