martes, septiembre 18, 2007

Ansias ontológicas

Caminaba hoy por las calles de Paraná, y me crucé con una mujer, que llevaba consigo a sus dos hijos (o eso parecía). Uno pequeño, lo cargaba con una mano a la altura de su pecho, manteniéndolo erguido. El otro, parado a su lado, no mucho más grande, sujetado de la mano de la mujer. El que estaba parado sollozaba.
Sollozaba con ese gemido seudo lacrimógeno que al crecer uno va perdiendo, hasta volverse incapaz de recrearlo. Es ese estado único, donde se puede hablar entre mocos y entrecerrar los ojos para llorar un poco más, pero siempre sin llegar a romper en llantos fuertes.
El típico berrinche.
Sucedió que pasé al lado de estos tres individuos, y mi mirada se detuvo un segundo en el sollozante. La madre no le prestaba la menor atención, por lo que bien se puede inferir que no era algo poco común en el infante el llorar. Sin embargo, lo que me sorprendió y me hizo recordar este blog tan descuidado por mi, como para volcar en él una vez más las desventuras de todo caminante atento de las truculentas calles de Paraná, fue lo que el pequeño dijo entre lágrimas en el momento en que yo pasaba a su lado.
Todos van a pensar que yo finalmente me deschaveté; nadie me va a creer, seguramente, pero les puedo afirmar que estoy seguro que fue eso lo que escuché.
El chico dijo, entre sollozos: "Quiero... Ser y... Tiempo".
El chico quería "Ser y Tiempo", la gran obra del Maestro de Friburgo.
Tal vez sus aún joven entrañas se retorcían ante el dolor de la angustia del ser-ahí, o estaba intrigado por comprender la diferencia ontológica a tal punto de que no podía conciliar el sueño sin sacarse la duda existencial. Tal vez sus juegos se veían constantemente interrumpidos por interrogantes ontológicos, y anhelaba una respuesta salvadora.
La verdad que no sé porque un chico que no podía tener más de 5 años deseaba tanto leer a Heidegger. Casi me desvío de mi camino y, en un acto de arrojo, le compro un ejemplar en una librería. Pero no: la educación ontológica depende de cada uno, y este chico ya tendrá tiempo de formularse bien éstas y otras preguntas, y será libre de desvanarse los sesos buscando una respuesta que, por esas cosas lindas que tiene la vida, nunca va a encontrar. Va a tener tiempo. La temporalidad es constitutiva de todo ser... no?

1 Comments:

Blogger Juan Rizzo said...

Te debo un mail.. Pero mientras tanto te concedo al menos el beneficio de la duda... jajaja. Seguro que dijo "Ser y Tiempo"? Si hubieras puesto "Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres", o "Verdad y Mentira en Sentido Extramoral" ya no te creía nada...
Un abrazo,
Juan.

7:03 a. m.  

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