domingo, octubre 22, 2006

Encuentros

Hay algunos ritos sociales que no entiendo. Bueno, a decir verdad, hay muy pocos que entiendo... Uno de los mas comunes, es encontrarse con una persona en la calle.
El comportamiento de los bípedos en este tipo de circunstancia es digno de un comentario.
Al estar todos los que componemos, con gusto o sin el, esta sociedad, estamos obligados a compartir espacios físicos comunes. Esto lleva, a su vez, a que todos, sin excepción, incluso aquellos que nos esforzamos dia a día en ser un poquito más ariscos y antisociales, nos veamos expuestos a la terrible posibilidad de encontrarnos, en cualquier momento o situación, con una persona o grupo de gente conocidos.
Para estas circunstancias, existe una cierta etiqueta, un "comportamiento esperado", una cortesía predeterminada. Al parecer, la situación amerita cruzar dos palabras con la persona encontrada. Las palabras a usar serán pocas o muchas según grados de relaciones, que ya veremos. En principio, la minima expresión aceptable es un saludo, que solo significa dos actos linguisticos (foneticos, segun etiqueta) uno por cada parte. El uso social ha llevado a reducir más el mínimo, aunque esta reducción no entre específicamente en los cánones de la etiqueta, por lo que puede molestar a alguno cuando se usa. Este minimo consiste (por eso la aclaracion que hice al hablar del caracter fonético de los signos a utilizar) en un leve movimiento, ya sea de manos o de cabeza, que signifiquen socialmente un saludo. Se reemplaza asi la palabra, por un signo corporal que exteriormente equivale a aquella. Esto se considera válido cuando la distancia entre las personas imposibilita la comunicación oral (al menos, sin quedar como un tarado). Ej: cuando nos encontramos en una calle muy transitada, y vemos que por enfrente, también rodeado de gente, se encuentra algún conocido al que no queremos detenernos a saludar, hacemos ese movimiento y directamente seguimos nuestro andar (el paso debe ser firme, de lo contrario, si bajamos de velocidad o nos detenemos levemente, ya el otro puede entender que estamos invitándolo a detenernos mutuamente a perder un par de minutos juntos hablando de superficilidades, caso en el cual nuestro misántropo fin de seguir adelante se puede ver estúpidamente truncado por nosotros mismos, lo cual sería una verdadera lástima).
Como decia, en este caso se considera válido el saludo meramente corporal, ya que si le gritamos de una vereda a la otra a alguien, en medio de la gente, podemos pasar por locos, enfermos, o en el peor de los casos, gritarle en el oído a uno que justo intentaba pasarnos por el costado.
Poco se entiende que quede fuera de la posibilidad de saludo corporal el uso de las piernas. Solo se utilizan el movimiento leve de cabeza (hacia abajo, en un signo que emula reverencia, significa "adios"; el movimiento de cabeza hacia arriba, arqueando un poco los ojos, significa "que haces/como andas"). Sin embargo, una buena patada al aire, o un leve chasquido de tobillos podria en el futuro constituir una simpática y cálida modalidad de saludo en la calle.
Sin embargo, los más asquerosos usamos este método, el fisico, incluso en casos donde la comunicación sigue siendo posible. Esto no es recomendable, ya que la gente puede no reaccionar muy bien ante este gesto casi despectivo. Sigamos adelante.
siempre se pregunta "¿Como andas?", incluso sabiendo de antemano que no existe tiempo suficiente para responder a esa pregunta sin detenerse (o al menos seguir hablando solo); pueden las personas detenerse un momento (depende el grado de compromiso, que depende a la vez de lo mucho o poco que se conozcan).
¿Qué sucede cuando, por voluntad propia o por pura estupidez, nos encontramos en la situación en que nos detenemos a hablar con el otro? Dependerá de cuánto conozcamos a la otra persona. Si es un amigo, no hay problema, cada uno sabrá que hacer. El problema se presenta cuando es un mero conocido, que nos detuvo en la calle impidiendo nuestro paso y obligándonos a dirigirle la palabra. En este tipo de casos, sea como sea que haya producido el cruzamiento de las personas, lo mas recomendable es detenerse y permanecer asi hasta cumplir lo necesario de la charla; lo que quiero decir, es que nunca, bajo ninguna circunstancia, se debe preguntar a un conocido "vas para alla? bueno, vamos", adosándolo a nuestro viaje, vayamos adonde vayamos. Si dos personas se encuentran mientras caminan hacia la misma direccion, el sabio se detendrá y forzará la situacion para no continuar ambos en el sentido anterior al encuentro. ¿Porque esta medida drástica, que puede sonar exagerada? Porque si seguimos caminando con esta persona, el encuentro, tanto en su longitud como en su temática (pero principalmente en su longitud) se escapa de nuestras manos. Nunca sabemos hasta donde esa persona va a seguir junto a nosotros; es un riesgo que no podemos correr. Si nos dirigimos ocho cuadras mas alla, no deja de ser probable que la persona que invitamos a acompañarnos continúe esas ocho cuadras a nuestro lado: esto, en compañía de un mero conocido, puede constituir uno de los peores castigos sociales posibles, equiparado solo a las antiguas medidas de destierro y muerte civil.
Los temas escasean, el tiempo no pasa, el lugar al que ibamos nunca nos alcanza. Lo importante de esta situacion es siempre mantener el control, que todo lo que pueda depender de nosotros, dependa de nosotros.
Cuando se comienza a tornar un poco forzada la charla, y ante el menor indicio de ello, se debe abandonar a la persona de manera inmediata. Es siempre mejor que la charla sea corta, a que termine sonando demasiado forzada. Siempre que se quiera escapar con unas pocas palabras, se puede usar el método del "estoy apurado, me cierra el negocio...". Asi, usted mantendrá una imagen activa, alegre, macanuda. Si no, se van a despedir los dos pensando para sus adentros: "Cada vez es más jodido hablar con este pibe". Mejor retirarse en el mejor momento. Utilice a las personas que iban originalmente con usted, diciendo por ejemplo "me voy porque me estan esperando y me van a matar"; esa es una salida genial. No se engolosine pensando que usted es capaz de llevar una larga y entretenida conversacion con cualquiera. Es muy probable que, efectivamente, no pueda hacerlo.
Siempre que vea que, luego del saludo, la otra persona camina para el mismo lado que usted, recurra (si concuerda con lo que usted dijo que estaba por hacer) a cualquier negocio o vidriera cercana, hasta que la otra persona se aleje lo suficiente. Un reencuentro luego del saludo puede ser mortal.
Para terminar, y a modo de ejemplo, voy a contar una situacion, vivida hace unos dias, en la cual todo lo que acabo de recomendar no fue aplicado, y se desencadenó en una seguidilla de hechos lamentables y con consecuencias terribles.
Caminábamos con Eustaquio, un amigo mio, por el parque como solemos hacer. Era de nochecita, habia algo de gente. Ibamos hablando, por la vereda, y mi amigo ve de reojo que por la calle, a punto de (inevitablemente) cruzarse en nuestro camino, iba una conocida de el. No una amiga, una vieja conocida que ya casi no ve, y con la cual no tiene muchos temas de conversacion. El encuentro se produjo, y no se respeto la primera regla: en ese caso, correspondía detenerse, saludar brevemente, y seguir camino por otro lado, o volver. Pues no, se saludó, y se dijo "vas para alla? bueno, vamos". Error, grave error. Caminamos dos cuadras, durante las cuales se agotaron los temas standard: como andas, que es de tu vida, lo has visto a (X, conocido en comun), que tal la facu, viste que calor que hace, etc. En ese momento, el error garrafal del principio podia ser salvado. Pero no. "Nosotros doblamos para alla.. ¿vos?" "También". Gravisimo error! Por favor, gente, piensen lo que hacen! Se están matando mutuamente!. Ahi estaba perfecto para decir: "¿Para donde vas vos? Ah, nosotros volvemos para el otro lado", y ahi si, chau, nos vemos, saludos a X, que sigas bien, bye.
Más cuadras de torturas. Los temas escaseaban. Los silencios estaban ahi, a la vuelta de la esquinita, esperando que se cansen de preguntarse lo mismo de distinta manera. Mi amigo ya apeló a recursos linguisticos que denotan a la legua que está desesperado: "Asi que estás estudiando Decoración..." (Silencio) "Decoración...". Nota: quien repite, está pensando qué otra cosa puede llegar a preguntarle para que se entretenga hablando una cuadra e irse al carajo. Transcurridas unas cuadras mas, mi amigo se iluminó, y ahi si, le dijo "nos vamos para allá" (lease, cualquier lado) "chau". Por fin se habia terminado el calvario. Pero no.
Paraná es chico. A los 15', la encontramos de nuevo, en otro lugar, a unas cuadras de donde la habiamos dejado. Ya no estaba sola, sino con la hermana y la sobrina. A mi amigo Eustaquio se le apagaron estúpidamente las luces recien encendidas y, en lugar de pasar velozmente por el costado, hacer un minimo comentario alusivo a que "otra vez vos, jeje", y seguir con un saludito... No. Se paró, saludó de nuevo, hola yo soy Eustaquio, juguetear con la sobrinita. Conclusión: tres cuadras más, hablando no solo con la conocida con la cual ya no tenia tema para hablar, sino también con la hermana que practicamente no conocia. Los comentarios mas estupidos surgen alli, donde el silencio realmente está golpeando los bordes tratando de adueñarse a toda costa de la situacion. Por fin llegamos a un punto donde (ya por voluntad de las dos partes) decidieron poner fin a la farsa, chau nos vemos, por favor andate rapido no te quiero ver mas de aca a un mes. Las reglas son importantes! Memorícenlas si es necesario. El pequeño ser odioso que llevan dentro se los va a agradecer.