viernes, septiembre 22, 2006

Flojos con los padres, ¿eh?

Hoy me levanté tarde, me tomé la mañana. Cuando me desperté, casi descerebrado, tomé el control remoto dispuesto a ver qué me ofrecía la tv. Cuando pasé por el canal local, estaban pasando un conocido programa que se emite en simultáneo por la radio y la televisión (los que son de Paraná deben saber cuál es). La conductora estaba en primer plano, y detrás se veía un importante número de niños sentados. Ella hizo una introducción, más o menos dando a entender qué hacian esos infantes allí, y después le dió la palabra a la maestra jardinera responsable del contingente impúber.
La maestra no se ubicaba bien frente a la cámara, y la conductora de manera muy poco sutil la empujaba levemente del hombro para que dé el perfil que ella quería.
Todo iba lindo (reconozco que no me gusta para nada la tv local, por lo que de vez en cuando me quedo a verla esperando el error, cosa que generalmente sucede, y he desarrollado la capacidad de encontrar esos yerros muy graciosos), y cuando iban las dos mujeres a cerrar la nota, dieron a conocer el verdadero motivo de la presencia de los nenes ahí atrás.
Iban a cantar una canción.
No recuerdo el nombre de la canción, todas las infantiles me suenan iguales (no se como hacen los pibes para diferenciarlas y no empezar a cantar Don Pepito cuando todos los campañeritos están cantando Osías el Osito...).
Después del anuncio, la maestra se dió vuelta, miró a los pequeños con esa cara demasiado alegre de las maestras jardineras, que siempre me pareció que detrás escondían una amenaza a los que las hagan quedar mal delante de padres o mayores. Empezó la canción, y el tipo que tenía la cámara quiso jugar a ser camarógrafo de Mtv o algo así, y bajó la cámara, para pasarla por donde estaban los pibitos y hacerles primeros planos mientras cantaban la cancioncita.
Le erró feo... La imagen empezó a verse lluviosa, se cortaba, volvía la imagen con un pibito con la jeta abierta y las palmas a punto de concretar un aplausito rítmico, y de nuevo se cortaba, y volvía con la maestra gesticulando exageradamente, y de nuevo se cortaba, y así.
Cuando se compuso la imagen, estaba terminando la cancioncita, que tiene que haber durado un minuto y medio, en el cual la imagen se cortó, fácil, nueve o diez veces.
Yo al principio me reía, viendo lo pedorro de la nota, y lo lastimosamente mal que había salido.
Después me puse a pensar en las madres... No soy machista, para nada, pero la verdad que se me vino la imagen de una madre (que podría haber sido también la imagen de un padre); la imagen era la de ese padre o madre que sabían que su hijito iba a salir cantando La Gallinita se hizo Popó en el programa del canal local, ese que ven todos, y que lo iba a grabar para después verlo de nuevo al nene que seguramente iba a estar sentadito al frente, con el peinadito que le habíamos hecho y eso porque él es el más lindo del jardincito y le voy a decir a los del trabajo, para que lo vean y si no después les mando el video para que me envidien, sobre todo a la yegua esa de contabilidad, la puta que la parió.
Ese padre o madre, que con tanto entusiasmo se había tragado todo el programa embolado esperando que salga el nene, vió todas sus expectativas frustradas por culpa de un camarógrafo idealista y desubicado, mezcla de rebeldón y medio boludo. Capaz que él mismo iba pisando algún cable, andá a saber.
Y bueno, me puse a pensar en esos padres...
Y ahí si que me reí en serio...