viernes, septiembre 22, 2006

Yo y mi otro yo

Seguramente le tiene que pasar a alguien mas (no puedo ser el único) eso de sentir que le gustaría que la gente sepa de qué está hablando uno todo el tiempo. Ser entendidos, digamos. A ver, explico: a mi se me hace más patente, por ejemplo, cuando se me ocurre un chiste que tiene relación con algo, con algún dato o personaje, autor o película. No todos son fanáticos de Seinfeld, por lo que no puedo hacer chistes relacionados a los gags de la serie, salvo con aquellos que sé que son asiduos a ella (y que son un número increíblemente escaso, teniendo en cuenta que es la mejor serie no-animada de la historia del mundo mil, para usar una expresión hombrejinglesca). (Por ejemplo, no todos saben quién es el hombrejingle, por lo que muchos no van a entender la referencia en la frase anterior). Ejemplos como estos pasan todo el tiempo: en la secundaria, yo me divertía horrores citando e imitando diálogos de Los Simpsons con un amigo, aplicándolos a cualquier situación. Pero nunca más encontré a alguien que sepa tanto de Los Simpsons como él y por lo tanto, que entienda a qué me refiero, por ejemplo, cuando digo "No digas venganza, no digas venganza... aah... ¿Venganza?". También me pasa con personajes, autores, filósofos, etc. Es limitado el numero de personas con las que puedo hacer referencia a personajes increíbles como El Hombre Que Traduce Las Películas, Jimmy o Schopenhauer.
Y como esta vida es un enorme, gigantesco chiste que nos tiene a nosotros por centro, los mejores comentarios siempre se te ocurren cuando estás junto a personas que no lo van a entender, a los que (si tienen buena intención de escucharte) les vas a tener que explicar qué sentido tiene tu comentario (cosa que va a hacerle perder toda gracia o interés que podía generar), y que después te lo vas a olvidar cuando estés con personas que si lo entiendan. La cantidad de risas perdidas por encontrarnos siempre en el lugar equivocado y en un momento incorrecto...

En vistas de este problema, me puse a pensar que estaría bueno crear, conocer o formar una persona que sepa lo mismo que uno, que siempre entienda nuestros chistes y la sagacidad de nuestros comentarios más mordaces (porque nuestros comentarios siempre nos parecen interesantísimos, hasta que los escuchamos salir de nuestra boca...).
Pero ¿qué significaría un ser así? Un ente que sepa todo lo que sabemos... si existe una sola cosa que no sepa y nosotros si, tiene ya un grado de falibilidad (o sea, puede que haya un comentario que no entienda, lo que lo hace inútil a nuestro propósito). En mi caso, tendría que saber tanto que Velazquez pintó las Meninas, como que el compañero de Garfield se llamaba Odie, y otros tantísimos datos ínfimos como qué es Bahía de Los Cochinos, quien es Oliver Atom, el Principe Feliz, Sabina, el manteca Martínez; tiene que saber que Nietzsche nació en 1844, que la coca era originalmente verde, que el Mi mayor se forma con tres dedos en la guitarra. Tiene que saber quienes son los cronopios, donde queda Guaviyú y qué es un chochito. Todo esto, multiplicado por centenares de miles de datos.
Por lo tanto, tiene que saber TODO lo que nosotros sabemos. Y esto no refiere solo a datos, sino también a nuestra experiencia; todo lo que alguna vez hayamos vivido, es necesario que él lo sepa y lo haya vivido (ya que la experiencia concreta es más perfecta que la meramente contada, y si solo fuera un conocimiento indirecto, podría equivocarse). Tiene que saber todo, y haber vivido todo lo que nosotros hayamos vivido desde los albores de nuestra misma existencia.
¿Es posible la existencia de un ser asi? Imaginemos que si. No podríamos caminar, porque sabiendo todo lo que nosotros sabemos, y por tanto, teniendo las mismas experiencias que nosotros, es obvio que actuará igual que nosotros, por lo que intentará caminar por el exacto mismo lugar por el que caminamos nosotros, y siempre dentro del uso de su supuesta libertad, intentará demostrarle al otro que el único original es él. No podríamos hablar con nadie, o mejor dicho, nuestro interlocutor escucharía lo mismo dos veces, ya que no existe nada que nos haga suponer que dos personas que toda su vida tuvieron exatamente las mismas experiencias y conocimientos, pensarían distinto o actuarían distinto; muy por el contrario, teniendo en cuenta que las valoraciones de uno, siempre dependen del contexto y lo vivido, serían dos personas con las mismas valoraciones, los mismos conocimientos y los mismos comentarios. Nadie se enamoraría de nosotros, porque son dos quienes tienen todo eso que les puede gustar de nosotros; de igual manera, nadie nos odiaría. Y allí llegamos a nuestro problema: ¿qué buscábamos al principio? quien entendiera lo que decíamos, y valorara nuestros chistes y agudezas. Pero ¿cómo podríamos sorprender a quien ya está diciendo lo mismo que nosotros decimos, en el mismo momento en que lo pronunciamos?.
En conclusión, este ser no sería más que un doble nuestro, tratando de caminar siempre por donde nosotros caminamos: o sea, una sombra que no es sombra, todo el tiempo haciendo lo mismo que nosotros, sin posibilidad alguna de engañarlo, ni de innovar en nada. Nada que hiciéramos escaparía a la regla de que también el otro lo estaría haciendo en el mismo momento, y con la mismo motivación innovadora, buscando exactamente el mismo fin que el otro. Seríamos una imagen doble para el mundo.

Digamos que prefiero contarme los chistes a mi mismo, si quiero que alguien me entienda del todo. Y fuera de eso... demos gracias por la diversidad, y dejemos de buscar siempre "los iguales"...

1 Comments:

Blogger Juan Rizzo said...

Yo todavía no había encontrado en Paraná otro fanático de Liniers, y ya es algo. Yo también me la paso como un boludo citando líneas de los Simpson y de Les Luthiers que pocos entienden (sobre todo en el segundo caso).
Y te dejo una pregunta ¿cómo se mide cuánto tiene de gracioso un chiste? ¿Por su efectividad? ¿Acaso no puede haber un chiste graciosísimo que nadie o casi nadie entienda? Y los chistes "efectivos", ¿lo son por la cantidad de gente que se ríe de ellos o por la calidad de la risa que provocan? Cuando uno "se ríe solo" ¿es que se hace buenos chistes a sí mismo, o que está siendo amable con uno mismo?
En fin, quaeritur...

7:28 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home